María Teresa Guevara de Willy Calvillo, desde Guadalajara, nos cuenta que “en el periódico Excélsior yo también trabaje”.
Fue en el año de 1970 junto con mi tía Rebeca. Entramos al departamento de suscripciones, y nuestro jefe era el señor Flores.
En ese entonces el periódico se formaba con linotipo y las personas que lo manejaban debían que tomar leche para evitar intoxicarse con el plomo que despedían las maquinas.
También conocí las rotativas y caminé por donde los periodistas redactaban sus notas.
Y en la tarde cuando regresaba de comer a trabajar, por la calle de Bucareli, ya se repartía “La Segunda”, extra de la tarde.
Así que yo también puedo decir que fui colaboradora del periódico de la Vida Nacional. Excélsior”.
Gracias por recordar tiempos idos, a la hija de mi extinta hermana María Teresa Ravelo de Guevara.
En tiempos difíciles como estos, a menudo podemos quedar atrapados en nuestras luchas diarias y sucumbir a la lluvia de malas noticias, tanto que los malos pensamientos y la negatividad pueden comenzar a dominar nuestras vidas y causar ansiedad y angustia.
Es entonces cuando sentimos que es extremadamente importante contar además de nuestras bendiciones, sean las que sean, también algunos chistes, para despejar la mente.
Y reír con las personas hermosas con las que estamos rodeados, las pequeñas y preciosas alegrías de la vida.
Con algunos chistes:
Los Anteojos Chinos:
Un hombre que está en China en un viaje de negocios, se compra unos anteojos de alta tecnología que le permiten ver a las personas sin ropa.
Estaba encantado, se ponía los anteojos y veía a las chicas sin ropa, se los quitaba y de nuevo las veía con ropa.
Probó este maravilloso invento en el avión durante su regreso y disfruto de un feliz viaje.
Al llegar a casa quería mostrarle esta innovación a su mujer. Al abrir la puerta entra y de inmediato ve a su esposa con su amigo Martín en el sillón.
Se quita los anteojos los ve sin ropa, se los pone de nuevo y siguen sin ropa, lo intenta otra vez, se los quita y los ve sin ropa, se los pone y siguen desnudos.
Por lo que no lo puede evitar y exclama muy enojado:
“Maldita sea, son nuevos y ya no funcionan, tenían que ser chinos estos anteojos”.
Y este episcopal.
Un sacerdote irlandés conduce a casa después de una noche en su bar favorito. Un oficial de policía se da cuenta de que un automóvil se desvía por toda la carretera y procede a perseguirlo.
El irlandés se detiene y el policía se dirige hacia el conductor.
Al revisar el vehículo y notar las botellas por todo el piso, el policía pregunta: "¿Ha bebido?" "No sé de qué habla, oficial. Acababa de salir de la iglesia después de alabar al señor por sus muchas bendiciones y milagros", dijo el sacerdote. El policía frunció el ceño, "Bueno, entonces, ¿qué hay en las botellas?"
"Agua", respondió el sacerdote.
El policía metió la mano y agarró una botella, abrió la tapa y rápidamente fue vencido por el olor.
"¡Esto es vino!"
El sacerdote luego gritó rápidamente:
"¡alabad al señor, lo ha hecho otra vez!"
Y otro etílico. O de chupe, para que se entienda mejor: El viejo que pesca en un charco.
Fue un largo día de trabajo y George decidió salir de su oficina de Londres y caminar hasta el pub, el bar, al otro lado de la calle para tomar unas copas.
La lluvia caía a cántaros y había un gran charco frente a la cantina.
Al cruzar la calle, notó que un anciano andrajoso estaba parado allí con una vara y colgando una cuerda en el charco.
Su curiosidad despertó. Se detuvo junto al viejo y le preguntó qué estaba haciendo.
"Pescar."
Dijo simplemente sin mirarlo.
"Pobre tonto". George pensó, e invitó al viejo andrajoso a tomar una copa.
Sintió que debería comenzar una conversación mientras bebían su whisky, así que pensó que le haría y le preguntó:
"Bueno ... ¿cuántos has atrapado?"
"Eres el octavo".
Seguimos menos lerdos:
La esposa del gerente de la empresa acaba de enterarse que su marido tiene una nueva secretaria. Y esa misma tarde le cae a la oficina para cuestionarlo.
Me acabo de enterar que tienes nueva secretaria – Sí, empezó la semana pasada. – Y ¿son bonitas las piernas de tu nueva secretaria? – La verdad ni me he fijado. – No me mientas, y de qué color ¿son sus ojos? –
Mujer ni he tenido tiempo de verlos. Hay mucho trabajo.
– Y ¿cómo se viste? –
Pues se viste bien rápido… Y uno de empresarios, para seguir el jolgorio.
Estaba una familia reunida ante el féretro del padre recién fallecido, cuando el hijo menor dice: -
“Ahora tendremos que hacer realidad el último deseo de nuestro padre: ser enterrado junto con un millón de dólares”.
Otro de los hijos aclara: -
En realidad, yo creo que solo pondremos 750,000 dólares, porque tenemos que descontar los impuestos”.
La hija mayor opina.
También tendremos que descontar el dinero de la transacción bancaria por ser una cantidad tan alta.
En eso la madre escucha y decide intervenir: -
¡Basta ya! Su padre no se merece esos regateos de su parte.
A su padre lo enterraremos con todas sus tarjetas de crédito.
Y que él gaste lo que quiera.
craveloygalindo@gmail.com
De mis bendiciones 12
28 de enero de 2020
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Para no perder el hilo, seguimos con mis bendiciones
Benditos sean aquellos que nos leen, porque saben lo difícil encontrar fuerzas para llevar mi cruz
Hablé de Carlos Borbolla, y dije que ya alcanzó la gloria. Está allá arriba, si es que se portó bien. Pero como creo que sí, reproduzco una entrevista que me hizo. Y claro, se publicó en Excélsior en primera plana:
“Si alguien conoce y guarda secretos de El Palacio Negro de Lecumberri y de la impartición de justicia en los tribunales, ese es Carlos Ravelo Galindo, quien ya suma 55 años de su vida en el mundo de la información. 33 de ellos en Excélsior, actualmente comentarista radiofónico y dedicado a escribir sus vivencias profesionales, ya es autor de cinco libros.
“Él proclama que todo lo que es, se lo debe al Periódico de la Vida Nacional.
Tuvo la “buena suerte” de cubrir como reportero uno de los periodos más negros en los anales de la antigua Penitenciaría del Distrito Federal. Observó de cerca cómo se aplicaba la Ley en los juzgados penales. Escribió sobre las corruptelas de siempre dentro de la prisión, los abusos de uno de sus directores e inclusive por ello le tendieron una trampa para calumniarlo, difamarlo y así tratar de eliminarlo como periodista. Gajes y peligros del oficio en aquellos tiempos.
“Tiene en cambio muchas satisfacciones personales, de las que en última instancia vive un reportero. Y una de ellas es haber escrito el mejor reportaje, el más completo, con abundancia de datos y nombres, sin amarillismo, sobre una de las más sensacionales y sangrientas fugas del penal. Su nota fue publicada en la primera plana de Excélsior, a ocho columnas y tres de bajada, el 6 de diciembre de 1962.
“La cabeza principal de nuestro diario informaba a los lectores: “Fuga a Tiros en Lecumberri: 2 Muertos, 3 Heridos, 2 Escapados”.
“Uno de los que perdió la vida fue “Tony” Espino, un verdadero gánster internacional, asesino y narcotraficante. Logró huir Fidel Corvera Ríos, ladrón de coches, criminal, narcotraficante, pero su carrera delictuosa lo llevó también a la muerte. “Este tipo de evasión, con violencia, a
balazos, se salía entonces de la regla cotidiana, impuesta por la corrupción imperante en la cárcel.
“Las fugas de Lecumberri eran normales. Los reos escapaban por la puerta principal, no por las murallas ni por los agujeros (túneles)”.
“La mordacidad, con sonrisas, asoma en estas palabras del periodista entrevistado -machetazo a caballo de espadas-, por cortesía, claro, de antiguo compañero de correrías profesionales.
“Y ejemplos hay muchos. Un subdirector del penal sacó de la prisión a un estafador internacional: Alejandro Lezoni D’Almagro, en su propio coche. Varios celadores acompañaron hasta la calle a un falsificador francés.
“Carlos Ravelo llegó a la Redacción de Excélsior a los 17 años de edad, en 1947, y como todos los que aspiraban a ser periodistas, empezó desde abajo, como office boy –unas de las escuelas del oficio-, pero él exigió y logró que se le diera otra categoría: ayudante.
“A partir de 1953, por orden de Don Rodrigo de Llano, el director general, se hizo cargo, como reportero, de las llamadas fuentes judiciales, lote que incluía la Penitenciaría del DF, los juzgados y cortes penales, así como el Tribunal Superior de Justicia del Distrito. Y por su cuenta tuvo que estudiar, para principiar, los códigos de Procedimientos Penales y Civiles.
“Sustituyó en esa responsabilidad a uno de los grandes reporteros de Excélsior: Pedro Pagés Elías, quien usaba el seudónimo de Bertillón Jr., éste pidió ser relevado de esa misión periodística ante la amenaza de ser deportado –era de nacionalidad española-, por escribir sobre las irregularidades que observaba en las consignaciones que hacía el Ministerio Público. Él era abogado y criminólogo y una de sus fuentes de información era la Procuraduría de Justicia del Distrito, cuyo titular era entonces el abogado Carlos Franco Sodi, quien antes había sido director, con muy mala fortuna, del Palacio Negro de Lecumberri.
“Al licenciado Carlos Franco Sodi no le gustó la crítica de Bertillón Jr. Y le leyó la cartilla. Pedro Pagés Elías reveló lo sucedido a sus compañeros de fuente, quienes le ofrecieron su respaldo. Pero él, periodista honesto y decente, además, no quiso provocar problemas a su periódico con el gobierno y optó por solicitar su cambio.
“Desde entonces, empecé a trabajar todos los juzgados penales del fuero común –eran quince en total-. Estaban ubicados en la parte
exterior del viejo edificio de Lecumberri. El director del penal era el coronel Francisco Linares Tejeda.
CONTRA LA VERDAD, LA TRAMPA Y LA CALUMNIA
“Con Linares Tejeda tuve un problema muy grave. No lo atacaba, pero daba a conocer en mi información periodística todos los problemas e irregularidades que existían dentro del Palacio negro de Lecumberri. El ideó un plan para que un convicto, ladrón de coches y criminal, Miguel Yancovich Parascovia, jefe de una tribu de gitanos, me pusiera una trampa, éste me pidió como favor que le entregara 200 pesos a su familia, que esperaba en la calle. Me explicó que no podía darles personalmente ese dinero porque se lo robaban los vigilantes.
Recibí el dinero y cuando caminaba hacia la puerta principal, me aprehendieron dos agentes del Servicio Secreto y me llevaron detenido a los separos de la Policía Judicial del Distrito. Allí estuve preso desde las 2 de la tarde hasta las 11 de la mañana del otro día.
Excélsior intervino para ayudarme, por aviso y a petición del reportero Raúl Beethoven Lomelí. El procurador Carlos Franco Sodi ordenó que me pusieran en absoluta libertad porque no había ningún elemento en mi contra para consignarme.
El abogado penalista Ignacio Moreno Tagle, afortunadamente, había sido testigo de la entrega del dinero y oído la petición.
“Publiqué en La Extra de Excélsior lo que había ocurrido. La Dirección de Excélsior pidió seguir cubriendo las mismas fuentes penales. Al poco tiempo quitaron de la dirección del penal a Linares. Y después jamás tuve problemas en esa cárcel.
“Finalmente, Yancovich Parascovia me pidió disculpas. Me dijo que él se había prestado a ponerme esa trampa porque si no lo hacía, me aseguró, eso le hubiera costado la vida. Lo perdoné…”
“Esos eran los riesgos que corrían los reporteros en esos tiempos, cuando denunciaban actos de corrupción como los que se registraban en el interior de la antigua Penitenciaría del Distrito Federal.
El caso de Carlos Ravelo en ese penal no fue el único. Siempre se buscaban medios para eliminar a los reporteros “incómodos”.
“Miguel Yancovich Parascovia vivía a cuerpo de rey en el penal, tenía dinero para pagar la “renta” de una buena celda. Finalmente se escapó. Nadie supo cómo. Salió seguramente por la puerta principal. Pero después reapareció muy lejos. Lo mató a tiros la policía de Costa Rica al sorprenderlo in fraganti cuando trataba de robar un coche.
“Reportero nato, Ravelo se formó profesionalmente en la redacción y después al lado de otro de los grandes periodistas investigadores de la casa Excélsior, Alberto Ramírez de Aguilar, autor de aquella famosa columna “Siguiendo Pistas”.
Después de una brillante trayectoria en la fuente de información policiaca –otra de las mejores escuelas para periodistas-, fue director de Últimas Noticias y finalmente, gerente general de la cooperativa Excélsior, puesto que desempeñaba con acierto y honestidad cuando lamentablemente, muy joven todavía, murió.
“Con Ravelo, Ramírez de Aguilar hizo diez películas de largometraje, ambos como escritores, guionistas y productores.
LOS TIEMPOS DE CORRUPCIÓN EN EL PENAL
Cuenta, ¿es totalmente cierto que en tiempos de Linares la Penitenciaría del DF era un foco de corrupción sin igual?
“Nada más te digo esto. Yo publiqué varias veces que Linares se emborrachaba dentro de la cárcel; que en ese estado llegaba hasta las crujías circulares en donde estaban los presos más peligrosos. Allí se encontraban los hermanos Hugo y Arturo Izquierdo Ebrard. A Linares le gustaba ametrallar sus celdas. Sí, las ametrallaba todas las noches.
“Se permitía la entrada de suripantas. Sí, tengo fotografías, y obviamente la entrada de licor.”
¿Recuerdas a “El Deslenguador”? ¿Era protegido por Linares?
¿Urquijo? Sí, así era. Mira, la Penitenciaría del Distrito Federal era la corrupción manifiesta. Había de todo. Suripantas, bebidas alcohólicas, restaurantes, inclusive “renta” de celdas, se pagaba por no asear los baños, por tener una celda”.
Y viene más, pronto.
craveloygalindo@gmail.com
Hablemos con alegría
26 de enero de 2020
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Sí, con alegría recemos por los enfermos. Por todos.
Rusia Mc Gregor González, atinada como siempre nos apoya: Recemos Carlos querido. Con mucha, mucha, alegría, frente al mal.
Y sobre nuestra profesión de reporteros, confirma:
“Y sí... estamos atornillados a la máquina.
¡Aleluya!
De otra forma, cómo podríamos llegar a los lectores ávidos de buen periodismo e investigación.
No todos los que escriben tienen el don de hacer llegar a quienes gustan de la lectura, sea cual fuere su tema, información real, sin componendas”.
Nuestra respuesta muy cordial.
Nuestros amigos son, han sido y será, amén de buenos escritores. Y muchos, maestros de todos.
Y aquí con algunos ejemplos lo demostramos.
La arquitecta Yolanda Gómez Covián, nos envía lo que su mamá les recitaba de Francisco Luis Bernárdez.
Lo prometido es deuda. Este es el Poema que te platiqué. Mi Mamá nos lo recitó varias veces. Un beso. Yolis.
Si para recobrar lo recobrado
Debí perder primero lo perdido,
Si para conseguir lo conseguido
Tuve que soportar lo soportado,
Si para estar ahora enamorado
Fue menester haber estado herido,
Tengo por bien sufrido lo sufrido,
Tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado
Que no se goza bien de lo gozado
Sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
Que lo que el árbol tiene de florido
Vive de lo que tiene sepultado.
Y de doña Rosa María Campos su bendita primavera. Nos falta poco.
Primavera llegas tú y Gea reverdece; como los viejos y nuevos amores. La fertilidad esta radiante, manifiesta y la devoción se desborda en rituales, danzas, coros, música, quema de incienso. ¡Bienvenida bendita primavera!
Queridos amigos mayorcitos llegó la primavera y con ella el rejuvenecimiento, la renovación, la resurrección, el nuevo crecimiento: ¡Recibamos el amanecer del año con baños de flores en el mar, ríos, manantiales! El calendario maya incluía el equinoccio de primavera durante el mes de las flores, tozoztontli, que estaba dedicado a la diosa madre, Coatlicue en cuyo honor, entre el 14 de marzo y el 2 de abril se realizaban numerosos rituales que consistían en: danzas, coros, música, quema de incienso, baños purificadores y ayuno, para ser bendecidos durante todo el año.
En Europa los antiguos imperios del Mediterráneo heredaron, de los egipcios, asirios y sumerios, la costumbre de honrar, durante el mes de marzo, a sus dioses muertos y resucitados, con diferentes tipos de rituales y festividades, para que a su vez ellos estuvieran pendientes de su salud y buena fortuna.
En Grecia al finalizar un año y al inicio de otro, organizaban grandes bacanales en honor de Dioniso dios del vino y de Baco, dios de la alegría.
Sus sacerdotes y sacerdotisas se entregaban a bailes desenfrenados, a una música enloquecedora y a la ingestión de vino hasta alcanzar el éxtasis, pero a partir del 15 al 25 de marzo ayunaban, para purificar el cuerpo y el espíritu y congraciarse, con sus dioses.
En el oriente la gran limpieza anual o la Acción de Limpieza de Primavera, es tradición oriental para terminar un año y abrir otro,con energía fresca y renovada.
Esta limpieza o Li chun, deshace la mala suerte y acerca buenas oportunidades, el resto del año.
Quienes no cumplan con este ritual primaveral se sentirán apáticos y emocionalmente desordenados, durante el resto del año.
Y nuestro desaparecido amigo don Octavio Raziel García, desde el cielo, en donde está, nos habla de la Muerte de Alberto:
Alberto murió a los 77 años, tal como estaba escrito en sus juegos infantiles. Hubiera querido fuera mirando al mar, conociendo la armonía que éste representa.
Paseando por las arenas de aquel que lanzó olas de 30 metros sobre pueblos ribereños y al otro día, calmo, mustio, olvidó a los que ahogó.
Caminó arrojando sus culpas al mar, para que fueran esas aguas las que lavaren su pasado.
Antes de partir, Alberto se reunió en la playa con Ana Laura. La encontró mirando hacia esa enorme masa de agua. Desde el lugar donde estaba, sólo veía esa espalda que mostraba el cobrizo del sol, el brillo del sudor y los pequeños granos de arena, como diminutos diamantes que relumbraran a contraluz.
Se acercó y la abrazó; ella no volteó; un leve temblor de su piel fue la respuesta a la cercanía de su alma gemela. Pareciera que las dos auras se hubieran reconocido y simplemente se fundieran.
Miraba hacia el final del océano. Alberto deseaba, con Ana Laura, irse hundiendo en esas aguas cristalinas, mientras escuchaba los acordes del “Dios nunca muere” y de “A mi manera”.
El escritor decía que si tuviera que escoger entre los cementerios que conocía, optaría por el mar en sí mismo que es el que más horizontes abarca.
Así, Alberto, después de muerto, navegará junto con los obscuros e invisibles navegantes cuyo espíritu flota sobre las aguas.
Navegar junto a los náufragos cuyas almas el mar ha tragado.
Junto con él murió Laura, su compañera de vivencias.
¿Sería porque ella fue un fantasma que existió, junto con Alberto, sólo en la mente del escritor?
craveloygalindo@gmail.com
De mis bendiciones 11
25 de enero de 2020
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
En la iglesia de moda entonces, Santa Teresita del Niño Jesús, en las Lomas de Chapultepec, el 24 de enero de 1953 contrajimos enlace eclesiástico, matrimonio, Bety Reyes Estrada y Carlos Ravelo Galindo.
Desde hace cinco ella está en el cielo. Nosotros en el infierno, aún.
Por eso, en tu ausencia Bety, cuando a la una nos bebamos una, escucharemos, complacidos tu frase preferida: “Otra, Ravelo”
Benditos los que quieren que muera… pero no les hago caso
Apenas anoche Massimo, mi nieto de seis años, --aclaro que en 2021 ya tiene 18-- me soltó la pregunta de cuándo me iba a morir. Le dije en dos días. Y el volvió a inquirir, ¿es mucho tiempo, Abo? Sí, es toda la vida.
Estoy convencido, le dije, que la muerte debe llegar con la puntualidad mexicana, o como las promesas de los políticos: tarde.
Esto me recuerda una anécdota, dicen que fue cierto, de una mujer, viuda, sin hijos, y sola en la vida, que todas las tardes llegaba a la iglesia de su pueblo a pedirle al Señor, durante horas, que ya se la llevara. Esto originaba que el sacristán no pudiera cerrar las puertas, y se desvelara.
Hasta que un día en que la viejecita le preguntó al Altísimo que cuándo la recogería, en el buen sentido de la palabra, el sacristán que estaba atrás del Altar, respondió con voz firme: ¡MAÑANA!
Abrió los ojos la vetusta y, asustada, preguntó: “¿tan pronto, Señor?”
Así me pasó a mí. Inquirí con mi pequeño interlocutor, el porqué de su pregunta. Quién se lo habría aconsejado. Y él, inocente como todos los infantes, respondió rápido sin inmutarse. “La tele, Abo. Ahí si no te mueres, te matan…”
Lindo ejemplo de educación que imparte a millones de escolapios el consorcio televisivo mexicano, a ciencia y paciencia de las autoridades, llámese Ejecutivo o legislativo. El judicial, sólo sanciona lo que otros mandan.
Después de esta disquisición filológica es obvio regresar al punto de partida, dentro del encuadre Excélsior. Hemos hablado de los viejos periodistas, Hombres llenos de inquietud, de prosapia, pero sobre todo de sentido común y decencia. Hoy tan escasa toda ella. En fin.
No sólo la vieja guardia tenía estilo. Poco a poco, como decía al principio mi nieto, uno a uno se fueron. Y llegó el reemplazo. También de estirpe y coraje. Allí cuando era jefe de información me llegó una nueva brisa. Refrescante. Que apabulló a los que había encontrado al llegar con Villa Alcalá, primero.
Ojalá y recuerde, luego de cuarenta años los nombres de mis amigos reporteros de la Primera y luego la Segunda, en donde servía a las órdenes de Regino Díaz Redondo.
Todos los que voy a nombrar cuando menos han escrito tres libros. Otros, como Marco Aurelio Carballo, lleva ya doce. Rafael Cardona, cinco; Toño Andrade, ya fallecido, tres; Carlos Marín, creo que tres, Carlos Ferreira, destacado. Apenas cinco.
Ni olvido a Marín, hoy como los anteriores también muy destacado. Nada menos que es director de importante Diario y fue de otros no menos famosos. Además, se pasea diligente por la tele y apabulla con su fina ironía, conocimiento y lucidez agresiva.
Cuando, va de anécdota, era jefe de información de la Segunda Edición de Últimas Noticias de Excélsior, Carlitos Marín llegó joven como reportero. La edición debía salir antes de las cuatro de la tarde, razón por la que acelerábamos a los reporteros.
Marín técnicamente metódico escribía en la máquina mecánica, lento, pero sus ideas y razonamiento lo sobrepasaban. De modo qué en contra de su voluntad, puse en práctica un sistema novedoso, basado en el principio que las notas deben llevar siempre al inicio el qué, quién, cuándo, cómo y dónde. Quien sigue la regla, ya triunfó. En el leed –¿así se escribe? Se dice lo esencial.
Marín seguía ese principio, igual que Carlos Ferreira, Oscar Domínguez, Guillermo Mora Tavares, Raúl Torres Barrón, Ramón Morones, Abelardo Martín y Jorge Reyes Estrada. De modo que cuando apenas llevaban media cuartilla, dos párrafos amén de la entrada, sacaba yo, contra la protesta de todos, la cuartilla, el original, y les dejaba la copia para que siguieran su trabajo.
Seguramente que mi mamá, María Teresa, se cimbraba allá en el cielo en donde acompaña a mi papá Guillermo, por tantos recuerdos por mi hazaña. Pero ni modo. Así, Lalo Martínez y Gonzalo Martínez Maestre podían cabecear la nota que ya vista por Regino, se les pasaba a ellos y luego al gran corrector de estilo que era el guitarrista, ya lo dije, Lázaro Montes.
Ganábamos tiempo y así, salíamos también a tiempo para competir, ventajosamente, con la Segunda de Ovaciones, de cuya segunda plana, a cargo de Carlitos Estrada Lang, pendía la fuerza de esa edición.
Y no era para menos. Allí, gracias al histrionismo de Estrada Lang figuraban los hermosos cuerpos de las actrices del mundo. Pero Carlos sabía escogerlas, también en el buen sentido de la palabra, pues las mostraba en “su” plana, casi como Dios las trajo al mundo.
(Entre paréntesis, la productora de TV dos, Carla Estrada, es una de sus tres hijas. Las otras dos: Mari Mar y Rocío. Las tres bellas por su madre que también es una beldad.)
Marín respingaba todos los días. Pero creo que algo, de mi tozudez, enseñanza, le sirvió de algo. Hoy él también es certero y tenaz en predicar su verdad. Chiquito, sin ofenderlo, pero picoso.
Tampoco cantan mal las rancheras Rafael Cardona, hijo de un buen amigo del mismo nombre, que cuando trabajaba como director de la XEW y coincidíamos cuando yo grababa mi “Agenda Confidencial”, allí en Ayuntamiento 54 y 56.
Siempre decía, ante su jefe que esa estación, que fundara don Emilio Azcárraga Vidaurreta y la siguió como hijo, Emilio Azcárraga Milmo, que la estación “era como un hermoso ropero, lleno de finas sedas y mejores linos”, al referirse al repertorio de actores, actrices, periodistas, escritores y humoristas.
Allí conocí, digresión don Héctor, al hoy famoso Armando Manzanero, cuya primera esposa fue la secretaria de don Bernardo San Cristóbal, amo de la W y jefe de don Rafael Cardona, padre.
Decía de Rafael Cardona, el periodista, escritor y comentarista. Joven, acaso 48 años, asumió cargos importantes no sólo en diarios y revistas, sino en secretarías de estado inclusive en la Presidencia de la República, cuya labor editorial, sin poner su nombre y menos seudónimo, se publicaban en periódicos en toda la República.
Como Marco Aurelio Carballo que, cansado ya de reportear y servir en diarios y revistas, incluida la Revista Siempre, en donde fue jefe informativo, decidió compartir su tiempo y escribir. Su máquina de escribir, a la mejor ahora la computadora, lo ayuda a poner las miles de palabras que de su imaginación nacen.
Y además inteligente, culto, avezado, Rafael se apoya en gente similar a él. Allí, en su periódico, no es de él, pero como si lo fuera, está también Carlos Ferreira, en otra época, jefe de prensa del senado. Y con algunos libros sobre política.
Y otro más, Abelardo Marín, joven enamorado –como casi todos los periodistas, de antes, ahora y de mañana, que desde que salió de la Primera, en la “revolución del 76”, no ha dejado de trabajar en el gobierno, para confirmar el dicho del Chango Garizurieta que “Es un error vivir fuera del presupuesto”.
He hablado de muchos queridos compañeros. Pero me faltaba uno más. DON así en mayúsculas Francisco Cárdenas Cruz, gran reportero y también jefe de información en la Primera de Noticias con Jorge Villa, cuando yo faltaba.
Su columna fue guía de otras muchas. Alumbró el periodismo. Hizo vibrar a políticos. Y no sé, ni quiero imaginármelo, por qué dejó de publicar su ameritada columna en “El Universal”, que ayudó, durante muchos, pero muchos años, a incrementar el prestigio del diario de Juan Francisco. Es mejor dejar la incógnita. Vaya, como dicen, darle el beneficio a la duda.
Jorge Reyes Estrada, hermano del “manotas”, el fallecido Jaime, destacó, y se lo agradece a Coquis, su esposa, quienes se aman como novios. Hoy, Jorge, creo, es coronel en retiro del Ejército, para quien trabajó muchos años, hasta que hubo que jubilarse cuando fue jefe de información del “Uno más Uno”, precisamente cuando Rafael Cardona era su director, luego que Salinas de Gortari le compró el periódico a Manuel Becerra Acosta, y lo obligó a salir de México para no causar conflictos con el Gobierno.
Manuel murió en España. Y su gente lo trajo a México para cremarlo. Aquí, en su patria.
De ninguna manera me olvido de Ramón Morones, ni mucho menos de Ángel Villalvazo, que me ayudaba en la confección del noticiero que en la W transmitía y leía mi amigo el hoy extinto Luis Cáceres, a las 13:30 horas.
Recordemos también a Héctor Ignacio Ochoa, que entre paréntesis me prestó su jacket para casarme con Bety, con quien cumplí 55 años de unión, cuatro hijos, no cinco como explicó Carlos, mi queridísimo tocayo, Borbolla, ya extinto.
Alejandro Ortiz Reza, con quien colaboré en realizar otros noticieros radiofónicos de Excélsior. También Miguel Ángel Álvarez, Ángel Trinidad Ferreira, hoy muy cercano al gober de Veracruz.
Angelito, espléndido jugador de dominó, de buen humor, buen amigo. Pero más avezado en el amor que otros. Pero Semper fidelis, como le decía otro gran amigo en Excélsior Jorge Davó Lozano y su socio Fernando Alcalá Bates, espléndido amigo yucateco y fiel director de la Primera de Noticias, reemplazo de don Francisco Martínez de la Vega, autor de “Peter Pérez, detective de Peralvillo” hasta 1964, en que llegó Jorge Villa.
Seguiremos con más en Mis bendiciones 12
craveloygalindo@gmail.com
El segundo presidente católico en Estados Unidos
22 de enero de 2020
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Joe Biden firmó ya como presidente de los Estados Unidos 17 ordenes ejecutivas o decretos entre los cuales pone fin a la construcción del muro en la frontera con México.
Abre el programa de apoyo a los dreamers que beneficia a los hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos.
Y pone en vigor la ley de inmigración, que incluye una vía a la ciudadanía en beneficio de once millones de extranjeros sin documentos.
Es la mayor reforma migratoria desde el gobierno de Ronald Reagan que legalizó, entonces, a tres millones de indocumentados en 1986
Es una síntesis del mensaje ayer del cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos.
Y el segundo católico, como John Fitzgerald Kennedy.
Biden afirmó:
“Sin unidad no hay paz, sólo furia y amargura. No hay progreso, sólo caos. Este es el momento histórico de enfrentar estos desafíos. Tenemos que enfrentarlos como los Estados Unidos de América”.
Hablemos ahora de la escritora Olivia de Montelongo.
Académicos rinden homenaje a la sor juanista Olivia de Montelongo y la historiadora doña Norma Vázquez Alanís nos describe la ceremonia.
La Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG) rindió homenaje a una de sus más distinguidas integrantes, la poeta, narradora y dramaturga Olivia de Montelongo, quien ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la obra de sor Juana Inés de la Cruz, precisamente en la fecha en que naciera como Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana hace 369 años (1651).
La maestra Elizabeth Rembis Rubio, presidenta de la ANHG, fue la encargada de abrir el reconocimiento a De Montelongo con la presentación de una semblanza biográfica y un repaso de sus más importantes obras, entre ellas Canto verde, un cuento infantil escrito en 1979 y que ha dado la vuelta al mundo.
Olivia de Montelongo nació en Saltillo, Coahuila; estudió historia del arte en Instituto Hispano Mexicano con el doctor Raúl Cordero Amador, así como creación literaria y literatura general e investigación
en la Casa del Lago con el profesor Adolfo Anguiano Valadés; actualmente es directora de la Comisión de estudios de Sor Juana de la propia ANHG, institución patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México.
La escritora ha sido merecedora de numerosos galardones por parte de instituciones como la Academia Mexicana de las Bellas Artes y el Centro Mundial Pro-Fortalecimiento de los Valores Humanos, además del Premio de la Rama de Escritores Mexicanos de la FEM.
En su producción literaria hay cuento -género en el que destaca Canto verde-, poesía -cuyo trabajo cumbre es Diálogos con Sor Juana- y teatro -con la impactante obra La Herencia-, sin embargo, la mayor parte de su investigación la ha dedicado a la poeta novohispana porque, dice, “soy la buscadora del alma de Sor Juana y seguiré escribiendo sobre ella hasta que muera”.
El pintor sorjuanista Rafael Muñoz López le regaló a la escritora la obra que se convirtió en portada de su libro Diálogos con Sor Juana.
Esta devoción de Olivia de Montelongo por la monja jerónima propició que en 2007 se le rindiera un homenaje en Nepantla, la tierra que vio nacer a Juana Inés de Asbaje, y le fue entregada una placa de reconocimiento a su labor por parte del gobierno del Estado de México, dijo Rembis Rubio al recorrer la vida de esta investigadora, quien es académica de número de la ANHG.
También hablaron sobre la homenajeada los académicos Alicia Albornoz y Carlos Martínez Plata, quienes coincidieron en reconocer su trayectoria como narradora, poeta, dramaturga y además creadora del libreto para una ópera sobre Sor Juana Inés de la Cruz, cuya música fue compuesta por el maestro Emilio Pérez Casas.
La historiadora ecuatoriana avecindada en México, Alicia Albornoz, se refirió a dos de los libros de la escritora De Montelongo, De siempre y entonces y Litoral de gaviotas; en el primero recupera sus memorias de la infancia en su natal Saltillo y en la segunda revela sus dotes en la poesía erótica.
Comentó Albornoz que De siempre y entonces es una obra escrita en prosa, pero cargada de poesía, de palabras que brotan como cántaro de agua fresca; aquí desfilan los fantasmas, seguimos su corazón y vemos páginas que nos retornan a la vida, sentimos los olores y sabores de los momentos de su infancia, el rescate del tiempo en un lugar.
El objetivo de la literatura es recrear la vida y Olivia de Montelongo lo hace con gran maestría, apuntó la historiadora. Litoral
de gaviotas es una delicia, está lleno de metáforas, y la metáfora es el punto de contacto entre la materia y el espíritu.
Mientras que el historiador Carlos Martínez Plata habló sobre ‘Sor Juana y la novicia Olivia de Montelongo’, en referencia al interés de la escritora y poeta por la monja jerónima. Dialogar con Sor Juana es una tentación irrefrenable y Olivia lo hace con maestría al contestar a la religiosa en verso.
Octavio Paz en su obra Sor Juana o las trampas de la fe cita a escritoras que se insertaron en la obra de la llamada Décima Musa, y entre ellas destaca Olivia de Montelongo, señaló Martínez Plata.
En 1094 versos Olivia conversa con la monja sin desdoro. Es suyo un talante de creatividad literaria y artística dijo para concluir.
Otras obras de la homenajeada son El alma y las uvas de nostalgia, Los círculos rojos y Teatromanía.
Pero De Montelongo ha incursionado igualmente en el haikú, en el cual encontró un refugio hecho palabras, mismas que supo usar con precisión casi milimétrica para crear su libro Hatillo de Luciérnagas.
Durante la sesión homenaje para la académica Olivia de Montelongo se proyectó una edición de su película Las pasiones de Sor Juana, de la que fue guionista y directora; una coproducción con España que fue presentada en el VII Festival de culturas Iberoamericanas en 2018.
craveloygalindo@gmail.com
Atornillado a la máquina
21de enero de 2020
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Los atornillados a la máquina debemos tomar en cuenta lo que escriben los maestros.
Copiar sus textos para enriquecer los nuestros, de ninguna manera es “fusilamiento”, como algunos acusan.
Qué haríamos los incultos sin leer a los clásicos. Y qué pecado es repetir y asimilar sus creatividades,
Tomémoslo en cuenta. Porque ya estamos atornillados a la máquina. No hay nada como un sueño para crear el futuro.
Porque soñar con él, es mucho mejor que lamentarse por el pasado. Y que decisiones tomadas en pocos segundos, definen futuros enteros
Como hacemos también, todos, sin excepción, en ilustrarnos.
Compartimos, con el crédito debido, lo que a nuestro juicio redactan apreciables colegas.
O tomar frases de lo que hemos leído de escritores, genios, sabios del pasado y el presente.
La incertidumbre del futuro es algo que nos ha intrigado como especie humana.
Realmente no sabemos qué es lo que nos traerá el futuro y lograr enfrentarnos a él exitosamente a veces puede resultarnos complicado, y lo único que nos queda es prepararnos con nuestros pensamientos y nuestras actitudes.
Ellos nos hacen recordar que la mejor manera de predecir el futuro es creándolo. Porque el futuro comienza hoy, no mañana.
El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen.
No puedes escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy. Ni que los sueños de tu pasado sean la realidad de tu futuro.
Y que cada vez que tomas una decisión, cambias el futuro. Cambia tu vida hoy. No te juegues el futuro. Actúa ya sin demora.
Creo que el futuro de la humanidad está en el progreso de la razón a través de la ciencia.
Por cierto, acabamos de recibir el texto de su nuevo libro, 317 páginas, que se llamará “Palabras de ocasión” del maestro, colega y gran amigo, don José Antonio Aspiros Villagómez.
Nos hace saber que el propósito es rescatar y agrupar por materias, información duradera que puede ser de utilidad general.
Charlas, ponencias, talleres, docencia.
Así como dejar constancia del trabajo desarrollado por los autores -su esposa Norma Vázquez Alanís y José Antonio Aspiros- durante el eficiente desempeño profesional.
Contiene principalmente datos para el conocimiento y la consulta
presentados con un tratamiento periodístico, es decir, con el estilo, técnica y extensión de los géneros correspondientes, según hayan sido escritos para una revista, un periódico, una página digital o una agencia de noticias.
Es un orgullo platicarles algo del contenido.
Un aspecto complementario del trabajo periodístico, consiste en
compartir ideas, experiencias y conocimientos con públicos idóneos. En mi caso fueron muy pocas las ocasiones presentadas, por buena suerte dada mi mayor preferencia por aprender, que por enseñar.
Este volumen de la serie Textos reunidos contiene la mayor parte de esa actividad: algunas clases, charlas, talleres, ponencias y un pequeño ensayo sobre la censura, expuestos en un lapso de 45 años y en su mayoría sobre temas de mi profesión: el periodismo.
Destaco en su contenido dos tópicos, aunque no son los únicos que abordo: el trabajo en las agencias de noticias, que fueron los medios donde pasé la mayor parte de mi vida laboral, y el buen uso del idioma español en la labor periodística, que para mí es la principal herramienta antes que un teclado, una cámara o un micrófono.
Fueron diversos los escenarios -incluida el aula- donde tomé la tribuna y los motivos que me llevaron a hacerlo. Tal vez en algunos casos se trató de un impulso voluntario para probarme en este tipo de actividad, pero la mayoría fue por invitaciones prácticamente insoslayables.
Siempre hubo aplausos -también algunos cuestionamientos- y las constancias impresas recibidas y que conservo como pequeños trofeos, ya forman parte de mi currículum.
La primera de mis charlas, en 1975, fue más de tipo laboral que gremial, pues asistió todo el personal -no solamente periodistas- de la Editorial Mex-abril donde trabajaba para la revista Automundo, y no recuerdo cuáles fueron las motivaciones que tuve, porque el ambiente en la empresa era bastante pesado y renuncié al año siguiente.
Lo único que mantengo en la memoria es que, cuando fue promovido como director de la citada publicación, el compañero Luis Arenas Rosas -hijo del historiador y periodista Diego Arenas Guzmán- dijo que “yo me caso con mi máquina de escribir”, y eso inspiró el título de mi exposición.
Pasaron casi seis años para volver a presentarme ante un auditorio, ahora con las trabajadoras sociales de una clínica-hospital del Seguro Social donde me conocía la jefa de ese servicio, María Antonieta Escobar, quien también tenía estudios de periodismo y por un tiempo laboró en la agencia Notimex.
Cuando José Antonio Calcáneo Collado fue presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex, 2005-2007) me distinguió con invitaciones para dar una charla en Irapuato, Guanajuato, y un taller tanto en Playas de Rosarito, Baja California, como en Villahermosa, Tabasco.
Los detalles están aquí, junto con los respectivos textos.
Pero antes, cuando se creó la Fapermex en Ixtapan de la Sal, Estado de México (2002), presenté una ponencia sobre ética, cuyos comentarios por parte de algunos asistentes me dejaron gratificado, lo mismo que cuando el entonces presidente el Club Primera Plana (2002-2005), Julio Pomar, me invitó a participar con él en un seminario en Taxco, para los colegas de Guerrero.
Esas experiencias me dieron a conocer entre los compañeros de la Fapermex y se tradujo en invitaciones para ser dos veces (2007 y 2008) jurado del Premio al Mérito Periodístico ‘José Pagés Llergo’ organizado por la Universidad Quetzalcóatl de Irapuato, Guanajuato, y la Asociación de Comunicadores Profesionales de Irapuato, AC, encabezada por Irma Hernández, y para dar una conferencia a reporteros locales que a última hora fue cancelada y se convirtió en una plática de desayuno, pero aquí está inédita y completa.
Ya estaba yo fuera de esa agencia de noticias cuando, a finales de 2008, me buscó quien había sido mi jefe, Jacobo Vega Méndez, para invitarme a colaborar con él en la agencia Amex de la Asociación Mexicana de Editores (AME).
Él era entonces el director de ese medio y lo apoyé con algunos trabajos de organización, entre ellos el de la primera reunión nacional de corresponsales de Amex, que tuvo lugar a comienzos del año siguiente.
En la misma, y a propuesta suya, presenté tanto una plática sobre el papel de las agencias de noticias en general, como otra para dar a conocer -ya más concretamente- una guía editorial que preparé para ellos a manera de manual de estilo.
El mismo tema de las agencias informativas sirvió en 2017 para mi exposición de ingreso a la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG) y un poco -enfocado a manuales de estilo- cuando la presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales de la
Edición (PEAC), Ana Lilia Arias, me invitó en 2018 a exponer durante el Día Internacional de la Corrección de Estilo.
Rompen estas temáticas dos casos: cuando mi amigo y colega Octavio Raziel García Ábrego (1942-2019) me pidió hacer la presentación de su novela México 8.5 Richter (2008) en un círculo literario de empelados de Pemex, y cuando alumnos de la Universidad Iberoamericana se interesaron en conocer mis experiencias como reportero de temas arqueológicos (2016).
Esta segunda invitación no se consolidó porque quien la hizo ya no volvió a buscarme, pero entre tanto preparé la charla y aquí se
encuentra.
Mi incursión como docente fue también escasa. Es un trabajo que exige dedicarle más tiempo del posible cuando no es la actividad principal, y en el cual hay que recurrir mucho a la exposición multimedia en la que nunca adquirí experiencia.
En cuatro ocasiones fui invitado a dar clases a estudiantes de
licenciatura en la Escuela de Periodismo ‘Carlos Septién García’, y en
cuatro más por PEAC para exponer sobre corrección periodística durante el Día Internacional de la Corrección de Estilo de 2010, y en los tres años siguientes en el diplomado que sobre esa materia imparte la Academia de las Artes de la Escritura.
En la Escuela ‘Septién García’ impartí dos veces la materia Agencias de noticias y oficinas de prensa (1979-1980 y -seminario- en 1990), después Noticia en prensa (2001) y finalmente Gestación y edición de información periodística (2005).
Esta última la interrumpí a un mes de iniciada, por el trato hostil y estresante que daban entonces los alumnos a los profesores, y que yo no tenía necesidad de soportar, y además me regresó la colitis.
En la última parte de estos Textos reunidos están los datos y planes de estudios de las materias que impartí.
Dar cátedra -y más al nivel de licenciatura que me tocó- es una labor delicada que demanda preparación, tiempo y resistencia. Nunca tuve duda de mis conocimientos y recursos sobre los temas a exponer, pero fui inconstante seguramente por falta de vocación real -aunque lo hice con gusto y entrega las más de las veces- y por lo absorbente que me resultó: no era sólo impartir la clase; atrás de esos 50 minutos por sesión (y sólo pagaban la hora de clase impartida) estaban muchas horas de preparación del tema y de los exámenes, revisión de estos y de las tareas, asistencia a reuniones del claustro académico, entrega de informes y hasta los desplazamientos al plantel dos veces al día porque había turnos matutino y vespertino. Y nunca fue esa mi
ocupación principal, sino ocasional o accesoria, pero me dejó una inmensa experiencia.
Mis respetos a los profesores que permanecen por años, lustros y décadas en esa labor, con una disposición inmensa no obstante que, además, por el monto de sus salarios, suelen autodefinirse como “pobresores”.
Una invitación más tuvo lugar en 2013 para tomar parte en el diplomado Los desafíos actuales del periodismo en México, organizado por la Universidad Nova Spania en Morelia, Michoacán. Esta vez la propia institución fue la que canceló todo, debido a la creciente inseguridad que había en la entidad.
El tema de mi módulo, que ya ni tiempo hubo de preparar, iba a ser -adivinó usted- El buen uso del idioma español, un desafío actual y de siempre para los periodistas.
Casi lo olvido: cuando por la conversión tecnológica se acabó en la agencia Notimex el trabajo para los capturistas o teletipistas, se me pidió impartirles un “curso básico de redacción” para que, en lugar de ser despedidos, optaran por una plaza como redactores.
Inclusive llegaron a acusarme con el sindicato de que les enseñaba temas propios de una licenciatura, cuando mi programa consistía en recordarles lo que de ortografía y sintaxis supuse que habían aprendido en la escuela primaria, y cómo aplicarlo al trabajo en una mesa de redacción.
Recomienda a quienes lean los materiales aquí reunidos casi todos en orden cronológico -y presentados entre 1975 y 2020-, tomar en cuenta las fechas en que fueron expuestos y los contextos correspondientes a esos tiempos. Porque muchos cambios, sobre todo en lo tecnológico, han ocurrido después de cada caso, aun cuando considera que siguen vigentes los aspectos conceptuales.
El periodismo actual es en esencia el mismo de siempre, sólo que con otras herramientas. José Antonio Aspiros Villagómez. San Juan del Río, Querétaro, enero de 2021”.
Qué orgullo ser su amigo. Y poder compartir su saber.
craveloygalindo@gmail.com
La inevitable destrucción del metro
20 de enero de 2020
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
En estos momentos que las autoridades de la Cdmex difieren del incendio del control del metro, y el restablecimiento de las seis líneas, vale la pena leer a dos eruditos.
Los escritores Fernando Alberto Irala Burgos y Virgilio Arias Ramírez, nos ilustran, con datos, del metropolitano que iniciaron su construcción Gustavo Díaz Ordaz y Alfonso Corona del Rosal.
Nos dice don Fernando Alberto:
La falta de mantenimiento por años es la evidente causa del incendio y destrucción del centro de control del metro capitalino.
El abandono que por más de dos décadas han tenido las autoridades de la ciudad para el sistema de transporte, a estas alturas sólo puede arrojar resultados desastrosos.
La idea prevaleciente de que el boleto tiene que ser muy barato puede ser muy popular, pero ha llevado a la carcachización de un servicio insustituible, la paralización de la inversión en nuevas rutas y, como ahora hemos visto, hasta la imposibilidad de cambiar equipos y cableados absolutamente inservibles.
Los costos del metro no varían mucho a nivel mundial. En prácticamente cualquier país un boleto le cuesta al pasajero entre uno y dos dólares. Sólo en la ciudad de México y en Buenos Aires se mantienen tarifas absurdamente bajas.
Las consecuencias están a la vista. Un servicio cada vez peor y una carencia permanente de recursos.
Hace años el pasaje se subió de tres a cinco pesos y motivó protestas encabezadas por grupos que ahora son gobierno. Pero en realidad el boleto tendría que multiplicar su precio actual por tres y hasta por cuatro.
La otra vía sería que el gobierno de la ciudad o el federal destinaran una bolsa de la magnitud requerida para sostener al metro. Eso tampoco se hace..
Se olvida la conclusión de un viejo secretario de Comercio de hace medio siglo: no hay producto más caro que el que no existe.
Podemos presumir que tenemos y seguiremos con el metro más barato del planeta; también el que más falla, se descompone, se satura, se suspende y a veces hasta se quema.
“Un poco más de medio siglo tienen las primeras rutas del Metro de la ciudad de México, aunque el deterioro del equipo y del servicio lo hagan ver más viejo.
Con un adecuado mantenimiento, la mitad de una centuria es apenas un breve lapso en la vida de este tipo de transporte.
Súbitamente, un incendio en el Centro de Control sacó de circulación a todo el sistema, y a las tres principales líneas –las más antiguas, las más saturadas— las dejará sin funcionar por un periodo indeterminado, que puede ser incluso de meses.
La necesidad de reparaciones y sustituciones preventivas en la subestación eléctrica se había advertido hace años, pero como siempre ocurre, los trabajos necesarios apenas se iban a realizar.
Así ha sucedido desde hace casi un cuarto de siglo, cuando la jefatura de gobierno capitalina dejó de ser una regencia y se convirtió en un puesto de elección popular.
Desde entonces, consistentemente, la población ha votado por la izquierda. Desde entonces también, de manera inexplicable la ampliación y mantenimiento del Metro dejó de ser prioridad para los sucesivos gobiernos supuestamente emanados del pueblo.
Cuando Cuauhtémoc Cárdenas asumió la primera jefatura electa, en 1997, simplemente abandonó la línea B del Metro, entonces en construcción, que se quedó por largo tiempo en obra negra, y sólo pudo ser concluida e inaugurada cuando el hijo del General salió para intentar sus sueños presidenciales.
Luego vino el sexenio de López Obrador, en que el presupuesto que hubiera servido para dar mantenimiento mayor al sistema se usó para iniciar la construcción del segundo piso del Periférico, obra cuya información incluso se reservó por extraños motivos.
En el siguiente gobierno, el de Marcelo Ebrard, se construyó la Línea 12, con el desastre del que pocos años después nos enteramos.
Los siguientes gobiernos han prometido hacer ampliaciones de líneas que hasta la fecha no se terminan.
Una ciudad del tamaño de la capital de la República necesita una red con extensión de al menos el doble de la que actualmente tiene. Y requiere, por supuesto, del mantenimiento constante de las líneas en servicio, sobrecargadas por la falta de las otras rutas que aligerarían el tráfico.
Pero no se puede construir más y ni siquiera mantener dentro de parámetros de seguridad lo existente porque no hay dinero.
Por qué no hay recursos.
Y complementa el secretario general del Club Primera Plana así.
“Don Fernando Alberto Irala
Un poco más de medio siglo tienen las primeras rutas del Metro de la ciudad de México, aunque el deterioro del equipo y del servicio lo hagan ver más viejo.
Con un adecuado mantenimiento, la mitad de una centuria es apenas un breve lapso en la vida de este tipo de transporte.
Súbitamente, un incendio en el Centro de Control sacó de circulación a todo el sistema, y a las tres principales líneas –las más antiguas, las más saturadas— las dejará sin funcionar por un periodo indeterminado, que puede ser incluso de meses.
La necesidad de reparaciones y sustituciones preventivas en la subestación eléctrica se había advertido hace años, pero como siempre ocurre, los trabajos necesarios apenas se iban a realizar.
Así ha sucedido desde hace casi un cuarto de siglo, cuando la jefatura de gobierno capitalina dejó de ser una regencia y se convirtió en un puesto de elección popular.
Desde entonces, consistentemente, la población ha votado por la izquierda.
Desde entonces también, de manera inexplicable la ampliación y mantenimiento del Metro dejó de ser prioridad para los sucesivos gobiernos supuestamente emanados del pueblo.
Cuando Cuauhtémoc Cárdenas asumió la primera jefatura electa, en 1997, simplemente abandonó la línea B del Metro, entonces en construcción, que se quedó por largo tiempo en obra negra, y sólo pudo ser concluida e inaugurada cuando el hijo del General salió para intentar sus sueños presidenciales.
Luego vino el sexenio de López Obrador, en que el presupuesto que hubiera servido para dar mantenimiento mayor al sistema se usó para iniciar la construcción del segundo piso del Periférico, obra cuya información incluso se reservó por extraños motivos.
Los siguientes gobiernos han prometido hacer ampliación de líneas, que hasta la fecha no se terminan.
Una ciudad del tamaño de la capital de la República necesita una red con extensión de al menos el doble de la que actualmente tiene.
Y requiere, por supuesto, del mantenimiento constante de las líneas en servicio, sobrecargadas por la falta de las otras rutas que aligerarían el tráfico.
Pero no se puede construir más y ni siquiera mantener dentro de parámetros de seguridad lo existente porque no hay dinero.
Por qué no hay recursos es todo un tema, al que nos abocaremos en una siguiente colaboración como uste don ofrece.
En tanto sigamos a gatas. Ni modo.
craveloygalindo@gmail.com
Cien años de vida
19 de enero de 2020
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
A Luis Echeverría Álvarez, casi centenario, el más longevo presidente de México.
Estimado Carlos, leí con interés y alegría su artículo de En Las Nubes que describe fragmentos de la muy amplia vida pública de LEA y publicado en medios digitales el día de hoy.
Muy buena y agradable lectura para el café de la mañana que agradezco con mi simpatía.
Como usted describe algunos hechos del siglo pasado, creo que es importante recordar a los presidentes del país y los diferentes gobiernos con amplitud, en sus claroscuros y sus verdades, sus aciertos y sus errores, buscar y la realidad de sus tiempos, en vez de crear mitos y juicios populistas y falacias históricas.
Le agradezco el recordar a los lectores que Don Luis inició muy joven su carrera, que es muy tempranero, trabajador y responsable, y siempre estuvo entregado al servicio público.
Con un saludo afectuoso, muy atentamente, Benito Echeverría Z.
Don Benito su padre y yo fuimos muy, muy buenos amigos, como usted supo. Un abrazo de yo --91 años-- CRG
Don Carlos, voy a platicar a LEA de nuestro diálogo y le daré sus saludos. ¡Muchas gracias!
Y, enterado, José Antonio Aspiros Villagómez, nos precisa:
Estimado amigo:
Durante los años que tuve a mi cargo un departamento de servicios especiales, que ya no existe, una de mis tareas era pedir a los redactores que hicieran semblanzas de personajes nacionales y extranjeros de edad avanzada o con actividades de mucho riesgo, y por lo mismo con mayor peligro fatal, para tenerlas listas en caso necesario. La biografía de Fidel Velázquez fue preciso actualizarla varias veces.
Y tal vez porque me quedó la inercia de aquello, cuando en 2018 fue hospitalizado dos veces don Luis Echeverría, escribí una historia no exhaustiva de sus relaciones con los periodistas y los medios. Como el personaje salió bien librado, guardé ese texto y como cumplirá 99 lo voy a utiliza, no sea que él y yo no lleguemos a su centenario, y se quedaría inédito mi trabajo.
Y, lo mismo que como veo sucedió En las Nubes, me voy a "fusilar", pero solamente un pequeño dato y entrecomillado de los muchos que ofrece don Jorge Herrera y Valenzuela, y que le viene bien a la historia que yo redacté hace dos años. Desde luego, también como hiciste tú, con su debido crédito. Así que: salud. A
En su plática escrita José Antonio Aspiros Villagómez, habla del sucesor de Gustavo Díaz Ordaz en Palacio Nacional.
El ex presidente de México Luis Echeverría Álvarez (LEA, 1970-1976) cumplirá 99 años el domingo 17 de enero y, según datos del colega columnista Jorge Herrera Valenzuela, es el más longevo de los gobernantes que ha tenido el país.
En su columna del 9 de enero, don Jorge explica también que, cuando en su juventud Echeverría trabajó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), uno de sus encargos era “tener a hora temprana una síntesis periodística para su jefe” y por eso iba todas las madrugadas a los diarios de la capital a recoger ejemplares. Así habría comenzado su relación con la prensa, que se prolongó hasta después de su presidencia porque atendía entrevistas de banqueta cuando tuvo problemas con la justicia por los cruentos sucesos de 1968 y 1971 en México.
Cuando en enero de 1970 cubrimos para Radionoticias de El Heraldo de México la porción Puebla-Tlaxcala-DF de la campaña de Echeverría como candidato del PRI a la Presidencia de la República, con su lema” Arriba y adelante” y una locuacidad que no se le conoció antes, nos pareció que México iba a cambiar en los siguientes seis años.
Ese lema -hay que acotar- fue creado por Enrique Herrera Bruquetas, a quien LEA, como secretario de Gobernación, nombró primer director de la agencia Notimex en 1968.
El candidato hizo una campaña extensa e intensa por todos los rincones del país y la actividad proselitista fue un éxito gracias en buena medida a que una legión de reporteros, fotógrafos y
camarógrafos de todos los medios, fuimos llevados a una o más de las diversas etapas de la gira.
Fue necesario habilitar dos aviones para los periodistas en enero de 1970; uno de ellos se accidentó en el vuelo a Poza Rica y murieron la casi totalidad de sus ocupantes. Sólo el reportero Jesús Kramsky sobrevivió y su nombre, igual que el de sus colegas fallecidos, fue impuesto a las calles de la colonia Prensa Nacional de Poza Rica. Kramsky murió en 2019.
El propio Echeverría había promovido en 1968 la creación de la agencia de noticias Notimex, que fue presentada como gubernamental, pero sirvió para impulsar su aspiración a la candidatura y luego ponerse a su servicio ya como postulante del partido en el poder.
Esto último se deduce de un testimonio de primera mano, ofrecido a través de la propia Notimex por el abogado Francisco Fonseca Notario, uno de los fundadores de la agencia y quien cubrió aquella campaña dotado de recursos extraordinarios.
En una serie de cuatro artículos publicados por Notimex en 2016, Fonseca reveló que, en esas giras, aparte de enviar reporteros y camarógrafos la agencia “participó (…) con un laboratorio de revelado de películas de 16 milímetros a color, montado sobre una unidad móvil; y además con una planta portátil de energía eléctrica, también instalada en un pequeño camión, y que estaba dotada de reflectores para iluminar los sitios de reuniones públicas al paso del candidato”.
Fonseca menciona, además, sobre sí mismo, que en esos recorridos “mi labor, entre otras, consistía en acercarme al candidato al término de las labores del día y preguntarle si quería ver lo filmado ese día; iba yo provisto de proyector, bobinas, pantalla y dos o tres focos. Fueron muchos los días que se le proyectaron las imágenes en los vestíbulos de los hoteles de alojamiento.”
Por otra parte, en el equipo de prensa iban, entre otros, dos periodistas que después llegaron a altos cargos -subsecretarios- en el gobierno echeverrista. Ellos fueron Fausto Zapata Loredo y Mauro Jiménez Lazcano, anteriormente reporteros del diario La Prensa.
Ya como presidente, la relación de Luis Echeverría con los medios y los informadores fue dispar. Porque trabajábamos ahí, lo vimos cuando fue a las instalaciones de El Heraldo de México a una comida con sus propietarios -Gabriel Alarcón e hijos- y el día que regresábamos de un viaje a NY, leímos en Últimas Noticias
declaraciones suyas en que negaba tener que ver con la salida de Julio Scherer García de la dirección de la cooperativa Excélsior.
PD: Separamos “ex” y “presidente” de manera deliberada. Así lo preferimos todavía.
De la relación de Luis Echeverría con los periodistas, nos platica don José Antonio Aspiros Villagómez.
Pero antes no olvido que don Luis, me llamaba "Amigo Ravelo".
Y lo escuchaban su abogado Juan Velázquez, que nos conoce también y sus colaboradores Adolfo Aguilar Zinzer +, Mario Moya Palencia +, Fausto Zapata Loredo +, y Mauro Jiménez Lazcano.
En una gira por el norte, de siete días, nos preguntó, frente a todos mis colegas: “Se divierte, amigo Ravelo”
Si señor, y aprendo.
Ni cuando en la boda de la hija del gobernador de Querétaro, que nos invitó el presidente a ser testigo y firmar el acta también, nos pidió prestado nuestro peine.
Le recordé que ya éramos "calvarios".
No se preocupe, para allá vamos. Y soltó la risa.
Un abrazo a su padre por su casi centenario y a usted por ser su hijo. Yo CRG
Eran, en sus años como gobernante, los tiempos de la lucha ideológica internacional y la guerra fría, y por eso también Notimex, la agencia informativa creada por él, participó como observadora muy activa en el Pool de Agencias de Noticias de los Países No Alineados (Tercer Mundo) y se sumó a los postulados del Nuevo Orden Informativo Internacional.
Tal vez fue en julio de 1968 cuando, como secretario de Gobernación, Luis Echeverría dijo a un grupo de jóvenes de su equipo de prensa: “Muchachos, el gobierno mexicano va a tener su agencia de noticias. Elijan un local por Insurgentes Sur, y les enviaré el mobiliario (…) Se llamará Notimex y tendrá como lema Imagen de México en el Mundo”. Tal es el testimonio escrito que tenemos de Francisco Fonseca, uno de los fundadores.
A los pocos días de creada Notimex en agosto siguiente, Echeverría le envió mobiliario de P.M. Steele, empresa de Julio Hirschfeld que luego fue un alto funcionario echeverrista, y lo mismo hizo cuando el entonces exclusivo Club Primera Plana (sólo para subdirectores de diarios y sus jefes de información y redacción)
estrenó oficinas en el Hotel del Prado: le obsequió equipales y muebles coloniales del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, creado en ese sexenio.
Según uno de los documentos revelados en 2013 por WikiLeaks, en 1976 Echeverría pretendió deshacerse de quien sería su sucesor, José López Portillo, inculpar de ello a la ‘Liga Comunista 23 de Septiembre’ y, “para asegurar su impunidad -dice el material divulgado-, había quitado del camino a la prensa crítica, encarnada por el periódico Excélsior, provocando la salida de su director Julio Scherer y de un grupo de destacados intelectuales, como el Premio Nobel Octavio Paz”, según publicó el propio diario el 10 de abril de hace ocho años.
Cuando hubo el cisma en ‘El periódico de la vida nacional’, aquel presidente apoyó la fundación en México de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap). Esta nació el 7 de junio de 1976, exactamente la fecha en que aún se celebraba el Día de la Libertad de Prensa por parte de los dueños de los medios en reunión con el gobernante en turno. Y en su declaración de principios, esa organización gremial se definió como “antiimperialista, anticolonialista, popular y democrática”.
Al menos dos de los periodistas de la Felap tuvieron gran cercanía con Echeverría: Luis Suárez y Salvador del Río, quienes inclusive escribieron libros sobre ese gobernante y que en buena medida sustituyeron a las memorias que nunca escribió el ex mandatario. O que no publicó.
Carlos Ravelo -ex jefe de información de Excélsior y El Universal y gran camarada- también fue su amigo.
Conocemos además otros datos de cómo se relacionaba Echeverría con los medios. Por ejemplo, cuando ocurrió el avionazo en que perdió la vida el ex presidente del PRI Carlos Alberto Madrazo (1969), desde su escritorio en Gobernación dictó la versión difundida por Notimex. Así lo habría contado en privado el entonces empleado de la agencia Jaime Ancira, quien dijo haber sido testigo de esa llamada al director general.
Y según testimonio del ya fallecido reportero y gran colega Carlos Borbolla, al funcionario no le gustó la cobertura que él hizo para La Prensa de la ocupación de Ciudad Universitaria por parte del Ejército en 1968, y lo puso en su “lista negra”.
Roberto Ramírez Cárdenas, director de ese diario, le confió en 1968 a Borbolla: “Luis (Echeverría) parece el dueño del periódico.
Habla todos los días. ‘¿Ya tiene la de ocho de mañana?’, me pregunta siempre para después ‘sugerirme’ cuál debe ser la noticia principal”, relacionada con el movimiento estudiantil. Debemos recordar que de La Prensa salieron los periodistas Fausto Zapata Loredo y Mauro Jiménez Lazcano para irse a la campaña de LEA primero y a su gobierno después.
Y, como también lo narró don Jorge Herrera Valenzuela en su columna “Anécdotas del más longevo y polémico expresidente”, cuando el joven Echeverría iniciaba su carrera política e iba de madrugada por ejemplares a La Prensa (y otros periódicos) para hacer su síntesis diaria, los trabajadores de ese diario lo tuteaban y “a veces se echaba un cafecito con nosotros”, según le platicó un empleado del rotativo.
En la actualidad sigue con su costumbre de madrugar. Y nos quedó a deber una entrevista sobre los orígenes de la agencia Notimex para nuestro libro Notimex: la imagen ‘sexenal’ de México en el mundo.
Ahora que el ex presidente Luis Echeverría Álvarez está en sus 99 años, recreamos estos aspectos de su relación con el periodismo, aunque deben ser infinitas las historias que tengan otros colegas al respecto.
Que las cuenten.
carlosraveloygalindo@gmail.com
De mis bendiciones 10
18 de enero de 2020
EN LAS NUBES
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Cuando hay para carne. Es vigilia. Hoy la quebrantamos.
Benditos sean aquellos que me perdonan cuando cometo un error.
Seré lo más breve posible al hablar de mi trayectoria en el periodismo. Ya dije que entré a los 17 años de edad, un 4 de marzo de 1947, a Excélsior. Del que saldría, prometí, con los pies por delante. No se me cumplió.
Antes, en 1980, me sacaron dizque jubilado, porque de esa jubilación no he recibido un solo centavo en 27 años. Y ni modo que hoy les cobre a los Vázquez Raña, los nuevos dueños del Periódico de la Vida Nacional.
Fui ayudante, reportero, jefe de información de las dos Últimas Noticias y jefe de información suplente de Excélsior. Mis jefes fueron amén de don Rodrigo, don Gilberto, don Jesús García, Alberto Ramírez de Aguilar, Hero Rodríguez Toro y Julio Scherer.
En las dos ediciones mis jefes fueron Jorge Villa Alcalá, en la primera; y Regino Díaz Redondo, en la Segunda.
Seguía también yo como reportero en Excélsior y escribía además el noticiero de televisión que pasaba todas las noches, de lunes a viernes, a las 22 horas en el Canal dos, junto con Luis de Cervantes. El coordinador general era don Armando Rivas Torres, a la vez jefe de información de Excélsior y presidente del Consejo de administración del Diario.
También escribía los noticieros de radio. Primero en la XEW llamado Excélsior de Medianoche, con Alejandro Ortiz Reza, y los noticieros de Radio Mil, antes que Raúl Cremaux y Teodoro Rentería Arroyave. También escribía el noticiero del mediodía de XEW, con don Luis Cáceres, quien le daba lectura.
Todos saben que en 1970, luego de un disgusto entre Emilio Azcárraga y don Julio Scherer, se acabó el noticiero en TV y los de XEW. Incluidos los comentarios que teníamos Alberto Ramírez de Aguilar, Manuel Mejido, Alejandro Ortiz Reza y yo.
Escribí entonces la columna policíaca durante doce años llamada “Tras de las Rejas”, al que el secretario de Educación Pública, el licenciado Eduardo Ceniceros, asiduo lector de ella, llamó, entre sus amigos, la primera columna policíaca de sociales. Mezclaba, por consejo de Alberto Ramírez de Aguilar, informes del penal de Lecumberri con el quehacer profesional y social de los jueces, los agentes del Ministerio Público y obvio, los abogados.
Allí conocí a los que fueron mis compadres Adolfo Aguilar y Quevedo, Arturo Chaim Sánchez, Eduardo Estrada Ojeda, Manuel Cossío Gabussio, Alejandro Gómez Béjar, Ignacio Mendoza Iglesias, Antonio Huerta González Roa, Carlos Sandoval Gamero y a don Ignacio Moreno Tagle, Víctor Velázquez –padre de Juanito Velázquez- Felipe Gómez Mont, Andrés Iglesias Baillet, Raúl F. Cárdenas, Ismael Villa, Rigoberto López Valdivia, Federico Sodi y a muchos otros.
Reporteé y aprendí todos los días. Nunca dejé de saber algo nuevo. El diccionario era mi libro de cabecera. El famoso tumbaburros me ayudó, me ayuda y me ayudará. Sigo salvaje culturalmente aún. Por eso me preocupé en seguir aprendiendo, aún de los intelectuales, quienes por ello no pagan cuota y mucho menos copa.
Todo, para ellos, coloquialmente dicho “es de gorra”. Porque tienen derecho a exigirlo. De otro modo se devalúa. Pero, vaya, eso es harina de otros costales. Plural.
Para sobrevivir tuve que trabajar sábados y domingos. Así compré mi primer coche, un packard convertible, amarillo, con llantas de adorno a los lados. Era modelo 1940. Antes de que los Estados Unidos entraran a la guerra el 8 de diciembre de 1941, por el ataque de Japón a Honolulu.
Desde entonces, como hoy con las torres gemelas de Nueva York, se presumió que lo permitió el propio gobierno, de Roosevelt entonces, y Bush, hoy. Así motivaron a sus gentes para entrar al combate contra el eje formado por Alemania-Italia-Japón y hoy, con Irak.
Nosotros entramos a la conflagración cuando nos hundieron dos barcos petroleros: “El Potrero del Llano” y “El faja de oro”. Sigue la duda de qué nacionalidad eran los torpedos.
Carlos Denegri, experto reportero, escribió un libro sobre su travesía, en pleno pleito, llamado “Luces Rojas sobre el Canal”. Ameno y lleno de aventuras en ultramar.
Fui empresario, industrial, productor. ¿Por qué empresario? Con ayuda de don Rogelio Cárdenas, compañero reportero de Excélsior y también gerente de prensa de Pemex, puse una gasolinera en Oaxaca. ¿Industrial?
Creamos los primos Ramírez de Aguilar –Alberto, Coco y yo, unos laboratorios de antibióticos. ¿Productor? Con la ayuda del secretario de la presidencia, Donato Miranda Fonseca, mi amigo, y en sociedad con Alberto Ramírez de Aguilar, producimos, vaya, pagamos, diez películas de largo metraje.
Trabajamos para salir adelante. Fuimos escritores, adaptadores, guionistas. Y con “producciones Delta”, así se llamaba la compañía que funcionaba en los estudios “San Ángel Inn”, propiedad de los señores Stahl, hoy Televisa San Ángel, ni ganamos, ni perdimos, sino todo lo contrario.
Se pagó toda la deuda, con actores, actrices, sindicatos y, obvio, Banco Nacional Cinematográfico. Y no nos quedó más que el recuerdo. Buen recuerdo de todo: lo bueno y lo malo.
No puedo olvidar una frase, lapidaria, de un gran productor de películas cuando otro quiso casarse con una actricita.
Dijo, no lo olvido: “Mire Ravelo. En este ambiente, óigalo bien; todas son de todos…” No entendí si se refería a las butacas. Luego, más tarde comprendí lo que me quiso dar a entender. Y vaya si tenía razón. Hoy, no lo nombro por respeto a su familia, ya es polvo.
Por cierto, con ese sentido del humor que lo invadía, también me confió. “Mire Ravelo, el día que yo muera, quiero que me quemen. Y mis cenizas las esparzan sobre las arenas de la playa de Acapulco”.
Qué rara petición don... ¿Por qué? Dígame.
“Muy sencillo, explicó, para no perder la costumbre de ver glúteos, nalgas, para que me entienda.”
La última película, a todo color fue una sátira de la Fierecilla Domada, de Shakespeare, con el hoy extinto, magnífico charro cantor, y mejor amigo Tony Aguilar y la dulcinea Ana Bertha Lepe, trasladada al campo y con dos caballos propiedad del zacatecano y su esposa Flor, que nos prestaron.
Uno, el “as de oros” y una yegua preciosa casi como la actriz. Esta cinta y las otras nueve siguen exhibiéndose en cines y televisión, bajo la firma de “Producciones Delta” y con el argumento y guion de Ramírez de Aguilar y Ravelo.
Era, repito “Alazán y Enamorado”.
Las otras fueron “Siguiendo pistas”; “La noche del jueves”, “El beso de ultratumba”, “Me dicen el consentido”, “En busca de la muerte”, “El fusilamiento”, “Los falsos héroes”, “Furia en el Edén”, y “Este amor sí es amor”.
Diez. De 1960 a 1964.
Todas fueron basadas en hechos reales, que trasladados al papel y releerlos, sirvieron de argumentos para las filmaciones.
La primera, obvio, sobre la columna de Ramírez de Aguilar, la segunda, sobre mi columna “Tras de las rejas”.
Ambas configuraban dos páginas de Excélsior, en los cincuenta y los sesenta. Cabe mencionar que de las seis secciones de antaño, en 70 páginas, sólo una era policíaca, en la primera sección, y otra más en la segunda, del D.F.
Seguían deportes, sociales, internacionales y la de inglés.
(Refiero esto porque hoy, de cien páginas y siete secciones del Reforma, el cincuenta por ciento es página roja. Qué pena, en verdad. Pobre México. Pero, bien decían mis abuelos: Cada pueblo tiene lo que se merece.)
La tercera, El beso de ultratumba, fue para reubicar en el cine a Ana Bertha Lepe, cuarta belleza del mundo, a petición de un banquero amigo de los tres.
Cabe recordar que ella fue vetada por Raúl de Anda, influyente productor, por la muerte de su hijastro Agustín, a manos del coronel Lepe, padre de ella, en el cabaret La fuente, de Insurgentes.
Ella trabajó en cuatro cintas nuestras.
El fusilamiento tiene en el nombra la razón del argumento: nos lo fusilamos de una película americana. Así de simple. Y batió récord.
Una más “Los falsos héroes”, es la historia del primer asalto a una residencia en Las Lomas, la de la señora Emogen Pleasent, ex esposa del secretario de Hacienda, en tiempos de Miguel Alemán, don Ramón Beteta.
La policía, entonces hábil investigadora dio con los presuntos culpables: dos jóvenes influyentes: Manuel Prieto Crespo y Hugo Olvera Villafaña. Ambos entraron al penal de Lecumberri, de donde los sacaron libres, exculpados, reconocidos abogados, don Adolfo Aguilar y Quevedo y don Ignacio Mendoza Iglesias que, entre paréntesis, eran cuñados.
El juicio los hizo enfrentar sus relaciones, pero no pelearse.
“Furia en el Edén”, un guion extraído de una hecatombe hidráulica –el rompimiento de una presa en Tabasco.
Ignacio López Tarso, fue el galán. Para filmarla, contamos, gracias al general de división Héctor Ponce Sánchez, con la ayuda del Ejército Mexicano que demostró, como hoy, su aprecio por la vida de los demás.
La última cinta “Este Amor sí es Amor”, lo sugirió Manuel Becerra Acosta porque reflejaba el cariño por mi esposa. Alberto estuvo de acuerdo. Y yo, aplaudí.
Todas las películas las hicimos con crédito del Banco Nacional Cinematográfico, cuyos directores fueron don Federico Huer, don Emilio Rabasa y don Rodolfo Echeverría Álvarez.
Muchos créditos aprobados fueron impugnados por algunos influyentes productores. Don Gregorio Wallerstein nos tendió la mano y prestó su equipo.
No olvido qué en venganza, aquellos, filmaron una película de cabaret, en donde el dueño, promotor, amo, patrón, etcétera –vaya quien conseguía y daba permiso de salir a las putas- del antro era nada más y nada menos que Ravelo.
Cómo me reí de la ocurrencia de los hijos de éstas. A la fecha lo sigo haciendo.
Debería platicar una anécdota con Ana Berta Lepe, en el cabaret “La Fuente”, donde actuaba, y al que fui invitado con Bety, mi esposa, y mis amigos Alejandro Gómez Béjar y Daniel Bautista Juárez, y esposas.
Pero mejor después…Porque aún me duele la mejilla del bofetón.
Esto me recuerda a los grandes reporteros de Excélsior, de los que ya hablé. Falta don Raúl Horta, hijo de don Manuel Horta, director de “Jueves de Excélsior”, ya también desaparecidos ambos.
Evoco a don René Tirado Fuentes, con el humor de todo hombre bien nacido, inteligente, culto, limpio, pero siempre respetable y respetado por sus amigos y compañeros.
Disfrutaba de enamoramientos frugales, pero continuos.
Y los presumía a sus colegas de la redacción. Con quien tenía mayor intercambio de secretos –que nunca lo eran, pues lo hacían en voz alta, en presencia de todos- era con su compadre don Pablito Sánchez, de mayor edad, pero no de menor humor e ironía.
Dejaba hablar a don René. Lo escuchaba, y luego arremetía. Con una palabra lo calmaba. Era puntual, certero y cáustico.
Resulta que René, voy a quitarle el don a los dos, le explicaba a Pablito de su viaje a Acapulco, en donde, en la alberca del Hotel había encontrado a una bella dama. La invitó al bar, a comer y a bailar.
Quedaron, dijo René, juntarse más noche en la habitación de Elsa Inés, quien le había dado el número. Sin embargo, en hacer tiempo René se tomó otros wiskis y al penúltimo, partió a su encuentro de amor. Llegó a la habitación. Abrió y para no romper el encanto de la oscuridad, llegó hasta el tálamo y comenzó a palpar. Pronunció su nombre, de la muchacha, varias veces: “Inés, Elsa Inés…”
Y ¿qué cree que ocurrió, compadre? Entusiasmado Pablito inquirió. ¿Qué compadre…?
Fíjese que me había equivocado de cuarto, pero quien allí estaba respondió al llamado. ¿Cómo cree? ¿Cómo? “Yo no soy Inés, pero sigue, que por ahí es…”
Grandes carcajadas de quienes también escuchaban la narración de René. Pero Pablito, insistió: ¿Pero que pasó, compadre? Pues qué cree. ¿Qué? Que ya tiene una nueva comadre, pero de 80 años…
Don Pablito Sánchez que vivía en una de las principales calles de Santa María, por donde transitaba el tranvía de “La Rosa”, así se denominaba la ruta, era muy importante periodista. Vaya como reportero.
A él, en exclusiva, correspondió observar, atestiguar y describir el fusilamiento del Padre Pro, en la estación de policía del viejo Belem.
Narro este antecedente, por su importancia en el medio político, para consolidar lo siguiente: cuando el regente Ernesto P. Uruchurtu ordenó suprimir el tranvía de “La Rosa”, Pablito Sánchez, se opuso.
Y fue hasta su muerte, cuando dejó de transitar.
No olvido que todos los días, don Pablito bajaba a la cantina La Mundial, en Bucareli, (en donde hoy se alza el imponente edificio de Excélsior) propiedad del español Serafín, y abría las puertas giratorias. Veía quién estaba de la redacción. Y si no había conocidos, entraba, pedía un tequilita, lo pagaba, con monedas, y se retiraba para allí, en Bucareli y Juárez, abordar su tranvía.
Tengo que referir que cada viernes nos entregaban en la caja nuestro adelanto anual, como si fuera sueldo. Pablito acudía personalmente a cobrar. Subía a la redacción. Tomaba asiento en su escritorio. Abría el sobre amarillo, en donde estaba descrita la cantidad y sus descuentos. Sacaba tranquilamente los billetes. Y hacía dos montoncitos. Uno lo introducía en un sobre similar al de su haber con nuevas y mejores cifras. El otro, en uno blanco.
¿Y eso? Don Pablo, le pregunté. Explicó. “Este, el que tiene mi nombre, para mi casa, con la cantidad que le asigno. Así cerrado, lo entrego siempre, para que allí se disponga el efectivo. Yo no intervengo ni de este tomo un centavo por respeto a mi hogar.
¿Y el otro? Don Pablo. El blanco. Ah, me respondió elocuente: “Es para la güera”.
Supe, entonces a qué se debía un diálogo que semanas atrás, pasada apenas la navidad se había realizado entre don Pablo y don René –vuelvo a ponerles el Don-.
Más o menos fue así:
Don René: “Compadre, ¿qué le regaló a la güera en navidad?
Don Pablo: “Unos jabones, que huelen riquísimo…”
No la amuele compadre, añadió don René. Cómo jabones a su amiguita. Aprenda a mí. Yo les doy joyas, ropa, algo que en verdad las deslumbre.
Don Pablito, fue muy breve, muy breve, pero conciso:
“Sí compadre. Pero a usted lo engañan sus amigas. A mí no”.
Antes, como ahora, periodistas de los cincuenta del siglo pasado. Como los de hoy, del siglo 21, siguen con ironía, humor, decencia. –No todos, que conste-.
Y eso que no me extendí. Y nos vemos en el 11
craveloygalindo@gmail.com
De mis bendiciones 9
14 de enero de 2020
EN LAS NUBES
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
“Ha surgido un patrón claro en el que los líderes llegan al poder a través de elecciones, pero luego socavan las normas, desmantelan las instituciones y cambian las leyes para retirar las restricciones a su poder”.
El 20 Biden despide a Trump.
Sigamos con el capítulo 9.
“Benditos sean aquellos que disimulan cuando derramo el café
Quiero abrir un paréntesis para tocar la corrupción. No de todos, sería interminable. Del último, Vicente Fox, a quien se acusa de dilapidar una fortuna para construir un rancho sui generis en San Cristóbal, en donde era su granjita. Y vivía, antes de ser político y llegar, primero a la gubernatura de Guanajuato y luego a la Presidencia de México.
Lo acusa un ex amigo suyo, Lino Korrodi, de usar dinero del erario para su obra.
Reproduzco una entrevista en el que también es mi periódico –fui su jefe de información nacional- El Universal; con Juan Francisco Healy, mi amigo:
“El rancho de Vicente Fox era muy modesto a principios de los años 90, de acabados rústicos, dos recámaras con muebles deteriorados forrados de tapiz verde. Hoy el ex presidente exhibe una riqueza “cínica” y descarada, producto del enriquecimiento sexenal”, acusa Lino Korrodi.
“El Congreso de la Unión debe investigar el origen de los recursos económicos de Vicente y Martha Sahagún”, propuso entonces.
“La casa estaba en completo deterioro porque no tenía dinero Fox para darle mantenimiento. En ese tiempo tenía problemas en su matrimonio con Lilian de la Concha, pero lo más importante es que no tenía recursos”, relató en entrevista con El Universal.
“Actualmente, Vicente Fox y Marta Sahagún, muestran una mansión en San Cristóbal con alberca, lago artificial, amplios y bien cuidados jardines y cabezas de ganado.
“La propiedad que presumen hoy, como parte de su patrimonio agrede a los mexicanos. Los legisladores deben investigar para que determinen el origen”, opina Korrodi, otrora parte del equipo de campaña de Fox y el hombre que armó la ingeniería para la recaudación de fondos en las elecciones presidenciales de 2000.
“No tenía dinero. La servidumbre se la pagábamos los amigos de Fox! Su casa, bien hecha era sencilla. La hizo con el dinero de cuando trabajaba en la Coca Cola, no hay la menor duda.”
“Pero en la medida en que Fox como empresario, mal empresario llevó a la quiebra al Grupo Fox, no tenía dinero. Hay la prueba de que tuvo que ir a IPAB porque no pudo pagar sus deudas. Se perdió mucho dinero, menciona Korrodi.
El reportero David Aponte le preguntó: “Más allá de que investigue el Congreso ¿qué le dice esta nueva mansión de los Fox?”
-Me dice que su enriquecimiento del sexenio es evidente, de manera muy descarada y cínica, como lo están haciendo Fox y Marta, lo cual me parece una agresión en contra de los mexicanos. Que explique, que no diga que él la construyó con dinero de la Coca Cola (para la que trabajó) Él construyó una casa que ya no es. Y en la revista Quien exhibieron una parte de la casa, pero no exhibieron los búngalos, los baños de súper lujo en un subterráneo para los invitados. No enseño todo.
“Ahora presume de mucho ganado. Antes no tenía ni para pagar vacas lecheras, por lo que nosotros lo estuvimos apoyando. Ese era el Fox que no tenía dinero. Yo le prestaba dinero, no tenía para pagarle a los proveedores, Ahí están las evidencias de una transformación brutal de una casa, con esos jardines, con esa alberca, con esos muebles, con esos acabados”:
“Korrodi asegura que Marta, la hija de un boticario, tampoco tenía dinero. Algunas veces le pagamos la tarjeta de crédito American Express, que luego supe, le cancelaron. Hay evidencias que ponen en entredicho a Vicente y Marta”.
¿Con la Fundación Vamos México pudieron haber sacado dinero para la casa?
No puedo decirlo, en otras cosas tengo las evidencias. Pero conociendo a Marta y a Fox, no tengo la menor duda. Ellos mismos hicieron todo para tapar las investigaciones sobre el manejo del dinero en Vamos México”.
“Usted que conoce a Fox y a Marta ¿qué sentido tiene mostrar el rancho ahora?”
–El grado de cinismo y de descaro y para darle legitimidad. Tal vez creyeron que iba a pasar inadvertida tanta agresión y ahora puedan invitar a que la gente conozca el rancho.
“O es tanto lo que se sienten protegidos, que dan por un hecho que no va a pasar nada, como no ha pasado nada en este país. Por eso le pido al Congreso asuma su responsabilidad y la tarea que los legisladores tienen en el Congreso”, insistió Korrodi.”
Debe ser Fox una enseñanza para el joven Lino Korrodi: Le recuerdo aquel dicho, que podríamos aplicar a don Vicente: “Para meter, hay que ofrecer. Pero luego de haberlo metido, olvidarse de lo prometido”. Así de simple.
Vuelvo a preguntar, al tono con este latrocinio, si a sus antecesores, a uno al menos, se le ha hecho algo. Pagan, insisto, los carteros. ¿O qué acaso en el tiempo del multifacético y enamorado José López Portillo, (que ya en paz descansa), su Sasha, o sus hijos fueron incriminados?
Quien por supuesto pagó el “pato” por ellos, fue mi “general” Arturo Durazo Moreno, al que le quitaron –como debería ocurrir con el rancho de San Cristóbal-sus propiedades mal habidas, como el Partenón de Zihuatanejo, hoy convertido en desastre. O su rancho de la carretera a Cuernavaca, casi similar al de los Fox. Hoy en poder de políticos.
Por cierto, dicen, que en el ranchito de los Fox hay hasta soldados de terracota, que alguien les trajo de China, en aquel viaje inolvidable para Jorge Castañeda y Sari Bermúdez. ¿No sería bueno buscarlos?
Por cierto sería útil investigar qué pasó con el joven Korrodi. Si de plano se arrepintió de haber denunciado el desaseo de la familia Fox-Sahagún. O hicieron que se arrepintiera. De pronto dejó de figurar en los medios informativos. Acaso, es pregunta, fueron éstos quienes le cerraron sus páginas. No hay que olvidar que no es lo mismo que lo mesmo. Se entiende, ¿verdad?
Tampoco hemos sabido de doña Sari Bermúdez, quien por orden de Fox ordenó la construcción de la mega biblioteca, en Buenavista, que aún hoy cinco años más tarde, sigue sin funcionar. Eso sí, se sigue invirtiendo dinero del erario, sin que nadie pregunte o investigue el porqué del fenomenal gasto “aplicado” a la “magna” obra. Y lo de hoy el Licenciado Vela, nuevo encargado. Sería saludable para la Nación tener una opinión calificada al respecto para no tener confusiones.